lunes, 25 de julio de 2011

JoHn BrOaDuS WaTsOn


JoHn BrOaDuS WaTsOn


Al igual que Pavlov, Watson(1878-1958) quiso estudiar animales, en concreto ratas. Watson intentó evitar el vocabulario mentalista a la hora de explicar la conducta de sus sujetos. Su conducta podía ser explicada en términos biológicos y así debía hacerse, sin referencia a estados de conciencia.

Durante más de una década, Watson intentó eliminar la introspección y la alusión a los estados mentales del estudio de los animales. En 1913, llamó la atención sobre un nuevo hecho.Propuso que igualmente que la psicología humana sólo llegaría a convertirse en ciencia objetiva si se basaba en la observación directa de conductas que fueran perceptibles por más de una persona. Toda conducta podía y debía ser definida en términos fisiológicos, sin referencia a estados personales de la mente. Además, Watson creía que se podía explicar casi todas las características adultas más primitivas como prodcto de complejas historias de condicionamiento y patrones de estimulación ambiental.

Para hacer convincente su enfoque, Watson tenía que mostrar que los seres humanos eran como animales y podían formar nuevos hábitos por condicionamiento clásico desde el comienzo de su vida. Junto con Ruth Morgan comenzó a observar pequeños bebés, llegando pronto a la conclusión de que la naturaleza humana tenía comienzos muy sencillos.

Watson y Morgan fueron capaces de describir y clasificar tres categorías de reacciones emocionales de los bebés ante diferentes situaciones: el miedo, el enojo y el amor. Pero Watson tenía que demostrar que era posible modificar estas reacciones por condicionamiento. Con este propósito, Watson y su colega Rosalie Rayner, eligieron un bebé llamado Albert de ocho meses. Era un niño normal y bien desarrollado, impasible y nada emotivo. En la primera parte del experimento, se le presentaron a Albert una serie de cosas: una rata blanca, un conejo, un perro, un mono, máscaras con pelo y sin pelo, algodón y papel de periódico ardiendo. Albert no mostró miedo a ninguna de estas situaciones. Tan sólo cuando los experimentadores golpearon inesperadamente una gran barra metálica con un martillo a espaldas de Albert, éste lloró o mostró signos de miedo. Entonces Watson decidió emparejar el sonido de metal que le había asustado con un estímulo que no le había asustado, una rata blanca.

A intervalos semanales se le presentó a Albert la rata y justo en el momento en el que mirara o se dirigiera hacia el animal, se golpearía la barra metálica. Luego se presentaría la rata sin sonido y se registraría la reacción de Albert. La segunda semana, después de cinco “presentaciones conjuntas” de la rata y el sonido, se presentó sólo la rata y en ese instante el niño se puso a llorar. De modo instantáneo se volvió a la izquierda y comenzó a andar rápidamente a cuatro patas. Se concluiría que se trataba de un caso de respuesta de miedo completamente condicionada.

Aún así, Watson no se mostró conforme con esa demostración y quiso ver si esta nueva reacción negativa se transfería a otros estímulos y de qué modo ocurría. Pronto encontraron que si bien Albert seguía jugando sin miedo con bloques de madera, mostraba signos de terror si se le ponía delante un conejo, un perro, un abrigo de piel, algodón o pelo humano. Los experimentadores concluyeron que había una transferencia selectiva del nuevo “reflejo condicionado” a todos los objetos que parecieran de piel con pelo.

                                          

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